Por Fabián Curotto
El título es un anzuelo que utilicé para conseguir mas lectores, ni mas ni menos. Y no me desentiendo de mi simpatía plena por el Club de la Ribera; salvo de Boca -dentro de mi país- no soy hincha de ningún otro equipo, ni de la B, ni de la C... ni le la Z, para que quede claro.
Lo único que vengo a decir -con mirada política- es que anoche, luego de que deportistas del club River Plate recibieran la cobarde agresión que recibieron, me di cuenta que soy uno de los hinchas mas genuinos que existen, y permitanmé defender tamaña auto proclamación.
Lo soy porque en mi familia trato de que mis hijas simpaticen por los colores que seguí toda la vida, pero haciéndoles entender que esto es un deporte, apasionante, el mas lindo, pero un deporte, y desde ahí establezco que "naides es mas que naides" a nivel humano.
Cuando digo "hijos nuestros" hablo de resultados, de estadística, de jugadas, y nada mas que de eso.
Soy un hincha genuino porque dejé de ir a la cancha porque soy hincha de Boca; no de los trapitos que me rayan el coche porque soy un laburante que no puede darle lo que ellos pretenden, porque me gusta ver a mi equipo con todos los sentidos, y no estar mientras tanto defendiendo a otros de los pungas, vendedores de falopa y demas delincuentes que aparecen por las tribunas, y etc, etc, etc.
Y esto es en todos los clubes, nadie es "Heidi" en esto.
¿Que se demoró en suspender el partido de anoche? Yo que sé.
¿Que era el árbitro y no los organizadores? Me tiene sin cuidado.
¿Que hubo falta de solidaridad? Andá a saber, puede ser; pero son jóvenes deportistas que entrenan para jugar, no para obrar correctamente en situaciones extra futbolísticas.
Hubo deportistas con quemaduras en un espectáculo deportivo, eso sí me importa, y me duele, mas allá de si son de Boca, de River o de Aldosivi.
Se juega sin hinchada visitante -una anomalía total- para reducir posibles desórdenes, y ni aún así.
Yo no soy hincha del trapito entongado con la hinchada o con un dirigente ¿se entiende? Yo aplaudo al equipo, a los colores, no a los mercenarios que hacen su negocio con eso; y conceptualmente obro así en la política y en la vida.
Muchos nos cansamos de situaciones semejantes. Si le quitan los puntos a Boca, porque determinan fehacientemente que corresponde hacerlo, y si eso suma a terminar con estas cuestiones anti deportivas, que así sea. Yo no me escondo. Lo único que quiero es poder sentarme a ver un partido con mis hijas, en familia, y festejar triunfos deportivos, o lamentar indeseables resultados adversos, y nada mas.
Y si las cosas cambian, volver a las tribunas sabiendo que no voy a ver ningún negocio o circunstancia que no tenga que ver estrictamente con lo relacionado al evento.
Nada mas, y nada menos.
Basta de mugre, que Viva el Fútbol !!
viernes, 15 de mayo de 2015
jueves, 14 de mayo de 2015
Entre la Ingenuidad y la Malicia
Por Fabián Curotto
Hay un sector al que no logro encuadrar si dentro de la ingenuidad patológica o de esa extrema malicia del que trae siempre el puñal bajo el poncho. Hablan de "la grieta de estos tiempos", dicen "basta de confrontación", no explicando que la peor paz es la de los cementerios, en donde nadie discute nada.
Hasta quizá ponderan que en tiempos de Videla no existían los piquetes ni tantos cuestionamientos a los sectores rapiñeros de la economía.
Sepan, el confrontar es parte de nuestra historia.
La "grieta" la evidenció Domingo Faustino Sarmiento -aquel que arengaba una solución final en su dicotomía "civilización o barbarie"- cuando repudiaba la existencia de indios y gauchos; o antes Bernardino Rivadavia, cuando mal endeudaba al país mientras despreciaba al General San Martín ante la perplejidad de unos cuantos.
E históricamente Jesús -y él si con irreprochables intenciones- cuando dijo con clara dimensión de sus palabras "No vine a traer la paz, sino la espada", refiriéndose a que no todo es lo mismo y que está bien poner blanco sobre negro. Uno de los textos favoritos de mi juventud era el Bhágavad Guita, el cual -con indudable espiritualidad- transcurre en un campo de batalla.
Porque "dar batalla" no es malo, señores.
Y confrontar no es romper diálogo, por el contrario, es llenarlo de Contenido Real.
No somos elementos neutros. Dentro de la sociedad, por acción o por omisión, conciente o inconcientemente, somos actores políticos, tenemos ideología y generamos consecuencias cuando avanzamos en un sentido o en el contrario, como cada uno de los nombrados anteriormente.
Ojalá cada uno ejerza responsable y concientemente su rol determinante, y no lo delegue a un aparato de radio o de TV. Que nuestra voluntad sea siempre nuestra.
Hay un sector al que no logro encuadrar si dentro de la ingenuidad patológica o de esa extrema malicia del que trae siempre el puñal bajo el poncho. Hablan de "la grieta de estos tiempos", dicen "basta de confrontación", no explicando que la peor paz es la de los cementerios, en donde nadie discute nada.
Hasta quizá ponderan que en tiempos de Videla no existían los piquetes ni tantos cuestionamientos a los sectores rapiñeros de la economía.
Sepan, el confrontar es parte de nuestra historia.
La "grieta" la evidenció Domingo Faustino Sarmiento -aquel que arengaba una solución final en su dicotomía "civilización o barbarie"- cuando repudiaba la existencia de indios y gauchos; o antes Bernardino Rivadavia, cuando mal endeudaba al país mientras despreciaba al General San Martín ante la perplejidad de unos cuantos.
E históricamente Jesús -y él si con irreprochables intenciones- cuando dijo con clara dimensión de sus palabras "No vine a traer la paz, sino la espada", refiriéndose a que no todo es lo mismo y que está bien poner blanco sobre negro. Uno de los textos favoritos de mi juventud era el Bhágavad Guita, el cual -con indudable espiritualidad- transcurre en un campo de batalla.
Porque "dar batalla" no es malo, señores.
Y confrontar no es romper diálogo, por el contrario, es llenarlo de Contenido Real.
No somos elementos neutros. Dentro de la sociedad, por acción o por omisión, conciente o inconcientemente, somos actores políticos, tenemos ideología y generamos consecuencias cuando avanzamos en un sentido o en el contrario, como cada uno de los nombrados anteriormente.
Ojalá cada uno ejerza responsable y concientemente su rol determinante, y no lo delegue a un aparato de radio o de TV. Que nuestra voluntad sea siempre nuestra.
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