El 27 de octubre de 2010 fue un miércoles feriado, ya que ese día se llevaba a cabo el Censo Nacional 2010. De pronto, la normalidad de la jornada se rompió con una noticia que causó perplejidad y conmoción en todo el país: había muerto Néstor Carlos Kirchner, ex presidente de la nación, y esposo de la presidenta Cristina Fernández.
El deceso se produjo por un paro cardiorrespiratorio a causa de un infarto que sufrió por la mañana en su residencia de El Calafate. Ante la sorpresa y el dolor, muchos ciudadanos comenzaron a dirigirse hacia la Plaza de Mayo; pronto se declaró que el Censo Nacional no sería interrumpido. El cuerpo del ex presidente fue trasladado desde El Calafate para ser velado, a partir de las 10, en el Salón de los Patriotas de la Casa Rosada.
Néstor Kirchner había padecido dos obstrucciones arteriales en los ocho meses anteriores y mantenía un ritmo de vida agitado, además se había ocupado telefónicamente de la resolución urgente del crimen de Mariano Ferreyra. Su médico Luis Buonomo afirmó que tuvo una "muerte súbita". Tenía 60 años y marcó la historia argentina desde el año 2003, cuando resultó electo presidente.
La muerte de Néstor es un acontecimiento histórico que revalidó imágenes olvidadas en el fervor popular; al mismo tiempo ratificó que un nuevo sentido en la política se había gestado, tras las sucesivas crisis de las instituciones y la caída en la credibilidad de los referentes partidarios. “Tu partida nos duele pero tu legado quedará por siempre”, “Gracias Néstor” y “Todo el pueblo te acompaña. Fuerza Cris”, decían algunas las palabras más repetidas. “Néstor con Perón. El Pueblo con Cristina”, marcaban los pasacalles anónimos colgados sobre las calles donde los transeúntes ingresaban a la Plaza de Mayo. Desde muy temprano, miles de personas formaron una larga fila para poder ingresar a la Casa de Gobierno y brindarle el último adiós a Kirchner.
Renovadas e impactantes demostraciones de fervor popular acompañaron el traslado de sus restos a Santa Cruz, su tierra natal. En Buenos Aires y Río Gallegos dos masivas caravanas acompañaron a los coches fúnebres con el doble mensaje de despedida a Kirchner y de apoyo para la jefa de Estado. En medio de aplausos constantes y cánticos, el cuerpo del ex mandatario era custodiado por varias filas de policías.
Se iba nada menos que Néstor, “Lupín”; el que dijo NO al ALCA, el que logró cancelar la deuda con el FMI, el que luchó contra la pobreza y el desempleo, el de la política de Derechos Humanos, el que descolgó el cuadro del genocida Videla…, el que reinstaló la esperanza en el corazón de millones de argentinos.
Néstor Kirchner había padecido dos obstrucciones arteriales en los ocho meses anteriores y mantenía un ritmo de vida agitado, además se había ocupado telefónicamente de la resolución urgente del crimen de Mariano Ferreyra. Su médico Luis Buonomo afirmó que tuvo una "muerte súbita". Tenía 60 años y marcó la historia argentina desde el año 2003, cuando resultó electo presidente.
La muerte de Néstor es un acontecimiento histórico que revalidó imágenes olvidadas en el fervor popular; al mismo tiempo ratificó que un nuevo sentido en la política se había gestado, tras las sucesivas crisis de las instituciones y la caída en la credibilidad de los referentes partidarios. “Tu partida nos duele pero tu legado quedará por siempre”, “Gracias Néstor” y “Todo el pueblo te acompaña. Fuerza Cris”, decían algunas las palabras más repetidas. “Néstor con Perón. El Pueblo con Cristina”, marcaban los pasacalles anónimos colgados sobre las calles donde los transeúntes ingresaban a la Plaza de Mayo. Desde muy temprano, miles de personas formaron una larga fila para poder ingresar a la Casa de Gobierno y brindarle el último adiós a Kirchner.
Renovadas e impactantes demostraciones de fervor popular acompañaron el traslado de sus restos a Santa Cruz, su tierra natal. En Buenos Aires y Río Gallegos dos masivas caravanas acompañaron a los coches fúnebres con el doble mensaje de despedida a Kirchner y de apoyo para la jefa de Estado. En medio de aplausos constantes y cánticos, el cuerpo del ex mandatario era custodiado por varias filas de policías.
Se iba nada menos que Néstor, “Lupín”; el que dijo NO al ALCA, el que logró cancelar la deuda con el FMI, el que luchó contra la pobreza y el desempleo, el de la política de Derechos Humanos, el que descolgó el cuadro del genocida Videla…, el que reinstaló la esperanza en el corazón de millones de argentinos.
Fuente: notinac.com.ar