Por Fabián Curotto
Aquí en Argentina, los medios hegemónicos de comunicación nos bombardean varias veces con la misma noticia. Si hubo un asalto violento se encargan de repetirlo hasta que nos de plena sensación que esa noticia fue el eje central de lo ocurrido en el país y en el resto del mundo. Quien no esté intercomunicado con otras realidades puede creer a pie juntillas que realmente es así, que la inseguridad local se apoderó de todo y es el patrón para entender cada hecho social y explicarlo.
Pero no es por falta de noticias que lo medios se empeñan en repetir una y mil veces lo mismo, es por un cretinismo deliberado. Sacan del centro de atención noticias que deberían, por importancia y trascendencia, estar en un primer plano.
A modo de ejemplo, Honduras y su doloroso presente. Cada día la falsa democracia hondureña, continuadora en cuanto a métodos y contenidos de la dictadura de Roberto Micheletti, reprime al pueblo del modo mas salvaje e intenta desarticular todo intento de iniciativa social en ese país. Trato de ilegítimo al actual gobierno por haber llegado al poder en una elección caracterizada por la proscripción al tiempo de ser desconocido por la mayoría de los gobiernos regionales. Las políticas neoliberales que intenta aplicar o consolidar por la fuerza son alentadas por la oligarquía local y por los intereses de la embajada estadounidense.
Porfirio Lobo, el macabro títere en cuestión, es incapaz de generar poder político, carece de talento para hacerlo y depende de los guiños de otros mandatarios filo imperialistas de la región y de los dueños del poder económico y sus sirvientes. El pueblo hondureño ya durante el transcurso de la presidencia del depuesto presidente constitucional, Manuel Zelaya Rosales, había ido tomando conciencia de quienes eran sus enemigos en ésta historia. Luego del repudiable golpe de estado, y con la consolidación del Frente Nacional de Resistencia Popular, la conciencia del pueblo se ha consolidado aún mas.
Días atrás tuve oportunidad de conversar personalmente sobre éstos temas con Manuel Zelaya, en su visita a Buenos Aires. En un tramo del cordial y enriquecedor diálogo me fue mostrando los mensajes que le habían llegado desde honduras y todos ellos hablaban de la represión contra el magisterio y de la violencia con que era ejecutada dicha acción. Esos brutales hechos tambien me llegan retratados a través de correos electrónicos que me envían mis amigos de la resistencia hondureña e incluyen fotos escalofriantes. Esa violencia es real, ocurre hoy, pero es tornada invisible por los medios concentrados de información.
Es evidente, una vez mas, que hay una violencia que sirve potencialmente al discurso de ciertos intereses y por eso es difundida. Siguiendo esa línea existirán todo tipo de noticias que cuenten con ésta característica utilitaria. Los otros acontecimientos, también parte indisoluble de la realidad, por contrariar o no estar en consonancia con los intereses específicos de los empresarios mediáticos, no aparecen en pantalla. Corporaciones que deciden que cosas mostrarle a la población y que cosas no, según sirvan o afecten sus mezquinos intereses. Tratamiento alejado de lo que podría conocerse como independencia u objetividad periodística. Y todavía mas alejado de lo que cualquiera de nosotros entendería como comunicación de la realidad.
24 de Agosto de 2010
lunes, 30 de agosto de 2010
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