Por Fabián Curotto
No es casual que en varias
ocasiones el ex periodista Jorge Lanata haya citado la frase del ministro de
propaganda de Adolf Hitler, Joseph Goebbels, quien decía "miente,
miente, miente que algo quedará; cuanto más grande sea una mentira más gente la
creerá".
El mejor empleado del Grupo
Clarin -multimedio de afán monopólico y argentino sólo por residencia-
destinaba el sentido de la misma a otros; proyección, segun entienden algunos
que saben de psicología.
Tambien sostenía
Goebbels lo siguiente: "una mentira repetida mil veces se convierte en una
realidad". El ex periodista termina finalmente repitiendolas mil veces pues, ademas
de ser dichas en su programa, son reproducidas luego en los noticieros del 13,
de TN, en sus franjas radiales, en columnas del diario Clarin, La Nación, etc.
Sin duda alguna Lanata es -además de obediente empleado- tambien un aplicado
alumno de este tipo de escuela del antiperiodismo. Tanto su empleador como su
musa de inspiración, el impiadoso Joseph, tienen a la ideología de derecha como
rectora de sus pasos... y esto tampoco es casual. Hay líneas convergentes entre
los origenes de Clarin y el nazismo.
Entrar en este terreno sería
dispersarnos, pero debo argumentar tamaña afirmación. Si, argumentar, algo que
no preocupa a los instaladores de versiones. Como dijimos, Goebbels era
ministro encargado de la propaganda del gobierno de la Alemania Nazi y durante
la misma época pero por estos pagos Roberto Noble, marido de Ernestina, era
ministro del gobierno provincial de Manuel Fresco, un sujeto que nunca
-inclusive después de la guerra- dejó de mantener orgullosamente sobre su
escritorio las fotos autografiadas de Hitler y Mussolini. Dejando de lado las
fotos en su momento impulsó desde su gobernación la medida de efectivizar el
cierre de los establecimientos judíos, haciendolo con particular violencia.
Derecha por aquí, derecha por allá.
Sigamos con Lanata, teniendo
ya caracterizadas tanto a su empresa empleadora como a su forma de acción a la
hora de "informar". Entrar en las traiciones que ha cometido para con
sus colegas no es materia de esta nota, el hueso está en el juego ilícito que
hace desde los medios. Mentir no es poca cosa, y mucho menos lo es cuando se
utiliza la mentira para tratar de debilitar la gobernabilidad de presidentes
populares y democráticos, y con el agravante de victimizarse en nombre de la
libertad de prensa cuando se le cuestionan las farsas y las distorsiones que
deliberadamente pone siempre en marcha.
Claro, algunos datos
enunciados en la pantomina lanatiana son reales, y alguna veces hasta
verificables... por supuesto, que para que algo sea verosímil debe tener al
menos un ingrediente que lo torne posible. Pero sabemos que tanto verosímil
como posible no son sinónimos de verdadero. Otra vez Goebbels: Más vale una
mentira que no pueda ser desmentida que una verdad inverosímil....
"miente, que algo quedará".
Otra cosa imposible de obviar
es el cambio camaleónico del animador -con mutación cromática hacia el
"verde dólar"- respecto a algunos temas; Ley de Medios,
políticas de Derechos Humanos, cómplices de la dictadura, etc...
Hay tras esto un tema ideológico por sobre todo, pues estamos hablando de alguien que en las últimas elecciones venezolanas de 2012 y 2013, entre la Revolucion Popular Bolivariana y el candidato de la Embajada estadounidense, prefería al último. Nuevamente apoyando la opción de la derecha, que es su opción, contradiciendo aquella postura de su lejana juventud, en la cual "jugaba a ser progre". Evidentemente era sólo un juego, una pose; sin embargo fue durante aquella la etapa en donde solía ejercer el periodiamo y daba señales haber entendido algo de ese oficio. Pero esa etapa pasó, hoy "el juego" es otro para él. Ha descubierto que la mentira es un arma muy poderosa y, que en un pais con libertades garantizadas, le alcanza con victimizarse y hacerse el vulnerable cuando una de esos engaños cae por peso propio.
Y Héctor Magnetto, el Director Ejecutivo del Grupo Clarín, aplaude como aquellos emperadores al león, cuando observa la maniobra y ve a la bestia sin códigos deborándose al humano sobre la arena. Circo romano, circo al fin.
Con los puños llenos de...
engaños
"Llegar a convencer a mucha
gente de que piensa como todo el mundo, creando una falsa impresión
de unanimidad." A esto llamó Goebbels "Principio de la
unanimidad"... algo muy afín a los rebaños.
entendiblemente colmada de intereses esprovista de intencionalidades corporativas, de intereses
empresariales, del minuto a minuto y de tandas publicitarias.
Sobre
el final de estas anotaciones dejé de hablar del sujeto del título; creo que en
gran medida de eso se trata, por el bien de la verdad.
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Impecable anlisis!
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