Siempre he dicho que mayor problema que la inseguridad es el problema de la violencia. Y no lo digo ahora, "con el diario del lunes", lo digo desde hace años, en mi programa de radio.
Como no vivo en un Tupper, y fui victima de algunos delitos desde que tengo memoria. Algunos graves (como tener la casa vigilada ilegalmente durante la dictadura) y otros triviales, como el robo de un reloj barato arriba de un tren o el cobro por parte de empresas privadas de servicios que no contraté (porque eso tambien es delito, sepanló)
Caer en ejemplos personales es reduccionista y arbitrario, pero es el ejemplo que tengo a mano en esta hora solitaria, sepan disculparme por hoy. Si elaboro una "científica estadística de uno" diría que durante el gobierno de Alfonsín es cuando sufrí la mayor cantidad de robos, y si me pongo a sacar cuentas la presidencia de Ramón Puerta para mi fue segurísima, pues durante su mandato no sufrí robo alguno. El auto me lo han robado dos veces -y recuperado en ambas ocasiones- durante los últimos años. Así de arbitrarios y aleatorios pueden ser algunos análisis.
Es cierto que en esos asaltos por remeras y zapatillas nunca sentí en riesgo mi vida, y que desde la inserción masiva de algunas sustancias como el paco -por nombrar un elemento nuevo en el escenario social- ya nadie puede asegurar que estos incidentes ayer menores terminen hoy sin violencia.
Y me detengo en esa palabra, violencia, la cual creo es la que debe preocuparnos y ocuparnos.
Decía la Presidenta hace unos dias “No se puede pedir que el que siente que su vida no vale dos pesos, sienta que la vida de los demás valga más de dos pesos”. Está frase encierra mucha mas verdad de la que imaginamos.
Hubo una serie de linchamientos hacia delincuentes o presuntos delincuentes y en elllos se buscaba dañar hasta matar a sujetos que habian robado... un reloj o un celular. ¿Vale un reloj más que la vida humana? ¿Vale cualquier bien material mas que una vida?
Y vamos mas allá con esta afirmación que parece una verdad de perogrullo, pero en tiempos de odio reaccionario parece que es útil recordar: la vida de uno no vale mas que la de otro, sobre todos para los que elegimos vivir en una comunidad organizada, con valores humanos.
El Papa Francisco decía sobre los linchados y los linchadores "Sentí las patadas en el alma... Me dolía todo, me dolía el cuerpo del pibe, me dolía el corazón de los que pateaban”.
Eso pasa o pasó en nuestra Argentina. Pero ¿somos una isla en el mundo o la violencia es un fenómeno mundial?
La problemática es mundial y no hay "soluciones perfectas", y si las soluciones nos son presentadas como "planes perfectos" desconfiemos, pues seguramente deben estar hablando de algo ilegal y ominoso.
Estados Unidos, vendido por sus empleados y por algunos desorientados como un estado efectivo a la hora de accionar contra una serie de delitos, es -entre otra serie de fracasos sociales- el mayor consumidor de drogas en el mundo, por lo cual es evidente que el narcotráfico hace lo que se le antoja dentro de sus fronteras.
Pero para no extenderme en esta dispersión, quiero llegar a un punto que nos toca de cerca: por influencia mediática o por lo que diablos sea, Argentina es uno de los países con mayor brecha entre Delito Real y Victimización. Para decirlo crudamente, entre realidad y sensación.
Si la sociedad en su conjunto no toma real dimensión de una problemática -esto es no reduciéndola, pero TAMPOCO exagerándola- dificilmente podamos alcanzar diagnósticos correctos, reacciones correctas o programas correctos a la hora de intentar avanzar.
Tal es la distorsión que si uno pregunta si con el tema Justicia en general está todo bien la mayoría responde que ni lejanamente, que hay mucho por corregir y por mejorar. Pero a la hora de proponer una democratización de esa Justicia, a fin de volverla mas cercana a las expectativas y control o supervisión sobre ella por parte de la ciudadanía empiezan las negativas, las estúpidas negativas, fogoneadas por intereses corporativos y oscuros.
O vemos a quienes se quejan de la inseguridad firmando antidemocráticas y anticonstitucionales Planillas Basura a fin de que el Código Penal no sea debatido en el Congreso de la Nación, que es donde debe debatirse, si hay intención de mejorarlo.
Prefieren que lo debatan por televisión Marcelo Bonelli y Mariano Grondona, como si una solución aplicable estuviese en manos del periodista neoliberal o del amigo de Cecilia Pando.
Para terminar con esta enumeración de obviedades, parece necesario agregar lo siguiente: a la Justicia la manejan los jueces, no Cristina. Cuando un delincuente que no debía salir de la cárcel sale, el que firmó esa excarcelación es un juez, no la presidenta... Si, es increíble pero hace falta aclararlo pues he escuchado análisis colmados de una ignorancia impecable.
Pues en esto tambien -si insistimos con responsabilizar por conveniencia política a quien no corresponde- nos prestamos a emitir diagnósticos equivocados o distorsionados, y no valdría la pena siquiera intentar debatir sobre la cuestión, pues sería tan tonto como buscar manzanas con un detector de metales para luego preguntarnos por qué no llegan los buenos resultados.
Mientras termino estas líneas sobre la violencia me encuentro online con éste título: "Joven apuñala a 20 personas en una escuela de EE.UU." Un nuevo ataque en un establecimiento educativo de Pensilvania enciende las alarmas de un país que parece acostumbrado a las masacres. Detienen a un alumno de 16 años. Siete víctimas en estado grave.
Si, claro que tambien hay que considerar como reproducen estos acontecimientos tan habituales en EEUU quienes suelen presentarnos sistemáticamente a ese país como algo que no es.
Publico a continuación un informe de la consultora EGES, para tener un acercamiento a la problemática en nuestra región y para empezar a ver cual es la relación entre Realidad, contra Minimización o Exageración, a la hora de intentar abordar el debate:
Violencia y delincuencia en Latinoamérica
El Latinobarómetro es una encuesta general que aplica anualmente
alrededor de 20.000 entrevistas en 18 países de América Latina. Dentro de la
multiplicidad de preguntas que formula se indaga sobre instituciones de la
sociedad civil, evolución de la democracia, principal problema del país, etc.
Recientemente fueron publicados los datos 2013, los cuales según los
analistas de la institución indican que “(…) muestran una región próspera, cada
día más educada, más demandante y más rica, a la vez que todavía una región
con altos niveles de desigualdad”. Más allá de esto hay ciertas consideraciones
que vale la pena analizar, como cuál es el principal problema del país/región y que
posición ocupa el delito la inseguridad.
En la región sólo 6 de 18 países en donde se realiza esta encuesta
reconocieron que el principal problema de su país era otro que no fuese la
seguridad pública. Paradójicamente, en países en donde hay conflictos internos
como Colombia o en aquellos en donde las tasas de homicidios son sumamente
altas como Nicaragua o Paraguay, reconocieron a la falta de empleo como
principal problema dejando a la delincuencia en segundo lugar.
Por otro lado países como Chile, Uruguay e incluso Argentina, que poseen
las tasas de delito y homicidios más bajas de la región lo reconocen como el
principal problema.
Principales problemas reconocidos en Argentina. Año 2013
1- Delincuencia/Inseguridad
2-Inflación
3-Desempleo/Problemas económicos
4-Corrupción
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Latinobarómetro 2013
Como se puede observar en el gráfico anterior, la inseguridad ocupa la
principal problemática en la agenda de la ciudadanía. Esto puede responder a
múltiples factores: el haber sido víctima o conocer a alguien cercano que haya
sido víctima de un delito, reconocer que uno es más proclive a verse afectado por
la delincuencia que por otro problema social (como el desempleo o fallas en el
sistema de salud) o también la alta exposición que tienen los hechos policiales en
los medios de comunicación.
En determinadas situaciones no existe una relación directa entre niveles de
cuantificables de violencia y lo que se denomina “sentimiento de inseguridad”.
Puede ocurrir que el nivel de delito aumente pero la perspectiva ciudadana indique
que se siente más “más segura”, como ocurrió en Bogotá en 1997, o viceversa,
que lo niveles de delito desciendan pero la ciudadanía reclame mayor seguridad.
El Latinobarómetro también indaga acerca de los niveles de victimización y
de delitos con violencia. Esto permite realizar una aproximación mayor al problema
de la inseguridad ya que permite avanzar sobre la denominada “cifra negra”, es
decir aquellas denuncias que no se realizan debido a la desconfianza ante las
instituciones tanto policiales como judiciales.
El delito con violencia posee una alta correlación con los niveles de
victimización. Se puede observar que son los países mayor
violencia los que también tienen mayores tasas de victimización (México, Perú y
Colombia) en base a datos del Latinobarómetro 2012
En la comparación entre la victimización y el delito con violencia aparecen
países con niveles de victimización similares como Ecuador, Brasil y Venezuela
(32%), pero con una distribución de la violencia muy diversa con 56%, 12% y 16%,
respectivamente. Esto deja demostrado que tanto la victimización como el índice
de homicidios son indicadores parciales para comprender esta problemática.
Comparación de niveles de victimización y de delitos con violencia
País Victimización - Delito con violencia - Diferencia
Honduras 36 15 21
Brasil 32 12 20
Argentina 39 20 19
Guatemala 35 18 17
Bolivia 37 20 17
Costa Rica 38 22 16
Paraguay 30 14 16
Perú 40 25 16
Venezuela 32 16 15
Chile 29 14 15
Colombia 38 23 15
El Salvador 27 12 15
México 42 27 15
Total Amer Latina 33 18 15
Uruguay 30 16 14
Ecuador 32 18 14
Rep Dominicana 27 15 12
Nicaragua 31 21 9
Panamá 18 10 8
Fuente: Dammert, L; Lagos, M. (2012) La Seguridad Ciudadana El problema principal de América Latina,
Corporación Latinobarómetro, Santiago, Chile en base a datos del Latinobarómetro 2012
Estas paradojas resultan evidentes cuando analizamos casos como el de
Honduras, que a pesar de tener la tasa de homicidios más alta del continente no
es el país con la mayor tasa de victimización y ni con la mayor violencia. Por el
contrario en el caso de Argentina, que si bien posee una tasa de homicidios
considerablemente inferior a la de Honduras, tiene un mayor nivel de robos con
violencia, el cual es bastante superior al de la media de la región.
El problema de la inseguridad es quizás el problema más volátil con el cual
puede enfrentarse una sociedad y un gobierno, ya que responde a una
multiplicidad de factores. Más allá de esto, está instalado entre las principales
cuestiones a resolverse, no sólo en Argentina sino en la región.
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