lunes, 23 de enero de 2012

Guillermo Moreno y el retorno del Estado

23 / 01 / 12
Por Gerardo Fernandez


Uno lo escucha a Guillermo Moreno y ratifica las sospecha de porqué se lo demoniza. El Secretario de Comercio expuso el martes en Saavedra sólo una parte del drama del funcionario que gestiona en un país con fuertes corporaciones que juegan durante las 24 horas con cartas siempre pesadas. Un pasaje que puede servir de ejemplo es cuando dijo que en estos días la carne en Liniers podría llegar a bajar un 20% quedando así más barata que en diciembre de 2010, cuando subió mucho su precio, como muchos recordarán. Planteó ahí el dilema del administrador al preguntarse "Si me baja así la carne es obvio que mucha gente vuelve a comprar y deja de consumir pollo, entonces tengo que preocuparme por ver qué hago con los polleros"... En ese momento nos recordó que en 2003 casi todo el pollo que consumíamos venía de Brasil, no como ahora que se ha incrementado mucho el consumo en base a producción nacional. Comentó que en la actualidad, sobran 10 toneladas, que 5 se las lleva Chávez y las otras cinco hay que colocarlas, por eso si se incrementa el sobrante estamos ante un problema que debemos solucionar.

Ese es sólo un ejemplo de la aleccionadora charla que brindó el martes en la Biblioteca Popular Cornelio Saavedra, y digo aleccionadora porque en líneas generales la gente e incluso la militancia y los adherentes más cercanos al gobierno desconocen de cuajo en qué consiste la gestión del estado y cómo es la cotidianeidad de los funcionarios que están cara a cara con cada uno de los actores de la economía que tiran, obvio, cada uno para su lado. Pero además porque esta pulseada permanente la dan desde un gobierno que tuvo que hacerse cargo de un Estado arrasado y despojado de muchas de las herramientas de control que tenía otrora. En un tablero y en un sentido común tan afiatado de que las corporaciones manejan la economía y el gobierno acata, se calla la boca y administra, querer decir "tenga mano tallador" desde el Poder Ejecutivo no es nada fácil. Es en este contexto que hay que comprender la gestión de Moreno y su exposición del martes.

Acá habíamos llegado a un punto donde el Estado era un mero secretario de actas de la realidad económica que tomaba nota y hacía cumplir lo que la mayoría decidía. Esa mayoría no estaba sustentada en la voluntad popular sino en el manejo y relato mediático de sectores estratégicos de la economía. Ese desguace del Estado en los 90 tuvo precisamente este fin. De ahí que para los gobiernos de Néstor y Cristina, abandonar la secretaría de actas y empezar a tomar decisiones fue algo muy costoso, muy duro y de ahí que algunos funcionarios como el Secretario de Comercio hayan sido estigmatizados como la encarnación misma del mal. Claro, no podía ser de otra manera. En un punto alguien tiene que llevarles las malas noticias a los que antes mandaban, en un punto alguien tiene que decirles "Mire, la presidenta opina de tal manera y nosotros venimos a cumplir con sus directivas". Reconstruir el Estado significa recuperar terreno en las esferas de decisión donde se definen los lineamientos estratégicos pero también la diaria y eso siempre es puja, pechazo. No existe ese diálogo armonioso que se nos quiere vender cuando se trata de imponer medidas que hacen al consumo y la economía en general y mucho menos cuando -como dijimos más arriba- venimos de un ciclo donde se despojó al Estado de muchísimos mecanismos que antes tenía para operar en la realidad (Digamos ya mismo, también, que todo esto lo decimos porque entendemos que el Estado debe tener un rol central en la economía) En ese contexto donde el Estado interviene en la economía decidiendo a qué sectores apoya y a cuáles privilegia en su acción, toda toma de decisión afectará intereses, por eso Moreno encarna la peor noticia para ese diseño de Argentina que emergió de la década del 90. Y por eso escucharlo enseña y mucho sobre cómo es la diaria en algunas áreas de la gestión.

En un punto el planteo de Cameron sobre que Argentina es colonialista está íntimamente emparentado con el discurso de Clarín y cía. Dan dos vueltas sobre el absurdo y al poner todo patas para arriba resulta que un país que reclama su legítimo derecho sobre un territorio invadido es colonialista de la misma manera que en lo interno un gobierno que reclama su derecho a intervenir en la economía es una fuerza repugnante que embiste contra inocentes actores que llegaron a detentar poder por designio divino o por el mero desarrollo de las fuerzas de la naturaleza.

El martes comprobé porqué se lo demoniza cotidianamente. No lo conocía personalmente, nunca lo había escuchado en vivo sin intermediarios, por eso tenía tanta curiosidad, algo que por lo que pude observar era común a todos los asistentes. Perón decía que no se puede hacer tortilla sin romper los huevos y Moreno lo ratifica con cada ejemplo que expone. Pero el funcionario absorbe los infundios con una capacidad infinita y no porque sea de amianto sino por la sencilla razón de que es un militante honesto al que no le pueden encontrar un sólo acto reñido con la moral y al que precisamente por eso nuestra presidenta sigue sosteniendo por que lo considera una pieza fundamental en el área sin dudas más odiosa de la gestión.

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