La "cadena" que determina la formación de precios -desde el productor hasta la góndola del supermercado- es siempre ascendente por razones naturales, pero puede y suele ser ética y legalmente sinuosa, objetable desde sus orígenes. El Estado -que somos todos- está también para controlar estas cuestiones. Y un Estado fuerte puede controlar mas efectivamente.
A principios de 2011 repartimos en 3 de Febrero un volante sobre los generadores de inflación, el cual puede verse al pié de estas líneas. Se mencionaba allí, entre otros, a Molinos Rio de la Plata, quien a buscado evadir insistentemente -con andamiaje pagado para hacerlo- parte de su responsabilidad fiscal tributaria.
El hecho de quedar justamente en evidencia (ver nota de Página/12) genera resentimiento contra el Estado en lugar de generar conciencia en las corporaciones y transnacionales, pues su lógica es la de pulpos insaciables.
No es casual entonces que ideológicamente determinados grupos concentrados del sector privado suelan apostar por un estado mínimo y por gobiernos complacientes con sus intereses mezquinos y egoístas.
Sus lobbistas suelen hablar a traves de las bocas de los economistas enamorados del libre mercado, generalmente desde medios de comunicación con idéntico enamoramiento.
Por todo esto concientizar sobre los monopolios y las consecuencias concretas que genera el capital concentrado en la sociedad seguirá siendo una de nuestras tareas.
(Click en la imagen para ampliar)
Aquí la nota de Página/12:
Molinos apeló, perdió y pagó
La AFIP informó ayer que la firma Molinos Río de la Plata había recibido un “nuevo revés en la Justicia”, ya que “frenó una cautelar para no pagar el ajuste reclamado por la AFIP”. La demanda fiscal se originaba en una diferencia en el Impuesto a las Ganancias sobre los dividendos que Molinos Holding Chile había abonado en años anteriores a Molinos Río de la Plata Argentina. “En la causa, la AFIP dejó en evidencia una maniobra llevada a cabo por Molinos Argentina, que instrumentó y puso en marcha una estructura a fin de no pagar el impuesto por las sumas recibidas de Perú y Uruguay”, que pasaban por la subsidiaria chilena al solo efecto de “ampararse en el convenio para evitar la doble imposición firmado entre Chile y Argentina” y así eludir el impuesto. Ayer la Comisión Nacional de Valores le solicitó a la empresa información sobre dicho compromiso fiscal supuestamente impago, a lo cual Molinos respondió, por nota, que el reclamo había sido cancelado en el mes de diciembre pasado, mediante el pago de 38,9 millones de pesos, “suma de capital requerida por la AFIP”, más intereses resarcitorios por 54,9 millones de pesos. Dicho pago fue decidido por Molinos inmediatamente después de conocida la resolución en su contra de la Sala I de la Cámara Contencioso Administrativo, también dictada en diciembre.
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