sábado, 21 de marzo de 2015

Yo No Soy Nisman, y espero que ustedes tampoco

Por Fabián Curotto

Aparece una foto que termina siendo la imagen de la impunidad de ciertos sectores del Poder Judicial. 
De esos sectores que se opusieron a la Democratización de la Justicia, que prefieren Privilegios antes que Derechos. Es decir, no muestro una instantánea como prueba lapidaria de algo, sino como visible punta de un iceberg de irregularidades, como disparador de lo ahora evidente.
No coincido con empleados como Lanata o con similares títeres de los intereses anti populares en eso de que mostrar esta foto, y hablar de los viajes que realizaba durante muchas horas que deberían haber sido horas de trabajo sea meterse con la vida privada de un tipo común. Hablo de viajes al Caribe, no a Chascomús, aclaro. No coincido con esos empleados porque un fiscal es un sujeto con responsabilidades extraordinarias, mas cuando maneja un presupuesto extraordinario
Evidenciar algunas cosas es meterse con alguien que debía representar, entre otras cosas, los "valores republicanos" (como gusta en Palermo Soho este entrecomillado, por mas que en la práctica no sepan con qué se come) y es meterse con quien había asumido una única causa relacionada con la investigación de un atentado, que implica Recursos del Estado puestos para que los familiares de las víctimas encuentren un alivio en las respuestas de esa fiscalía. 
Se habla de alcohol, de "gatos", de ñoquis (Lagomarsino, nutricionistas, etc), de "sustancias", de arrastrarse en la embajada yanki, de probados vínculos con servicios de inteligencia injerencistas que direccionaban las investigaciones... se habla de todo, menos de avances concretos en la causa AMIA. Pero extrañamente aún no escuché a ningún medio de los auto denominados "independientes" señalar a las acciones de Nisman como actos de corrupción. Que sugestivo, ellos que suelen instalar con tanta facilidad esa palabra en casi todo lo que pronuncian.
Y pensar que algunos -buscando una capitalización electoral- parecían canonizar a este fiscal que fue, considerando el tamaño de sus responsabilidades, por lo menos mediocre, y del que obviamente esperamos saber como murió. 
La farsa, que incluía una denuncia insostenible contra miembros del actual gobierno argentino, terminó mostrando sus hilos de montaje por todos los costados. El objetivo mediático, el circo, se puede sostener un tiempo. El objetivo político de desestabilización perdío cualquier posibilidad de efecto, como es lógico frente a la evidencia de que el fiscal Nisman dedicaba su tiempo -y nuestros recursos- en cosas que no tenían que ver con la investigación del atentado a la AMIA. 
Y sepan también que Campagnolli, junto a otros fiscales y actores del Poder Judicial, son de este estilo; con minitas o sin minitas, con drogas o sin ellas, como sea... Son corporativos y no están del lado del pueblo.


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