DECLARACION
DEL ESPACIO CARTA ABIERTA
Manifestamos
nuestra gran preocupación, malestar e indignación por el
fallo de la justicia santiagueña respecto del crimen del campesino Cristian
Ferreyra, integrante del MOCASE. La
decisión, que desconoce el pedido del fiscal y la querella y se alinea con la
voluntad de la defensa, se enmarca en la tradición de muchas justicias
provinciales de sentenciar a favor de los poderosos y castigar a los más
débiles. Actitud que demuestra cuán articulados se encuentran esos poderes
judiciales con el poder económico, carentes de independencia alguna.
Con
el avance de los desmontes, la sojización y el agronegocio crece el interés por desalojar a los
poseedores de tierras que por centurias han vivido de la agricultura y la
ganadería familiar y/o colectiva, por parte de capitalistas agrarios que
esgrimen títulos de propiedad, en su gran mayoría provenientes de seculares y sistémicas
corrupciones de sucesivas administraciones provinciales, ahora valorizados por
cambios en el mercado internacional de granos.
Resulta
necesario poner coto al avasallamiento de pueblos originarios y campesinos, y
evitar que fallos como el del tribunal compuesto por Elida Suárez de Bravo,
María Angélica Peralta de Aguirre y Federico López Alzogaray fijen el pésimo
precedente de condenar levemente a los sicarios y eximir de penas a quienes les
encargan asesinatos y represiones. Una concepción de justicia
opuesta a la política de derechos humanos que hoy avanza en nuestra Patria.
Lo
acontecido es una muestra más de la necesaria reforma del Poder Judicial que
requiere nuestro país, y más aún, muchas provincias argentinas. Lo sucedido
permite deducir que no fue casual que el tribunal santiagueño no haya dado
lugar a la lectura de nuestra Carta 10 en la audiencia del juicio, pedida por
dos integrantes de nuestro espacio que concurrieron a Monte Quemado
11/12/14
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