miércoles, 29 de septiembre de 2010

Un orgullo y una responsabilidad

Un orgullo y una responsabilidad. 
Por Alicia Kirchner

La Argentina asumió la presidencia pro tempore del bloque Grupo de los 77, que contiene a los países en vías de desarrollo o con economías emergentes, más China. La presidenta, Cristina Fernández, señaló al respecto que "la Argentina lo vive con un gran orgullo pero también con una inmensa responsabilidad". Y en rigor de verdad, los argentinos deberíamos vivirlo con orgullo, porque todavía nos siguen diciendo que nuestro país está aislado de un mundo supuestamente globalizado y nos auguran el suicidio como pueblo en la faz de la Tierra.
Quienes permanentemente denigran todo lo argentino, destacando lo que denominan como comportamientos culturales de los “países serios”, ya han comenzado a señalar que la decisión de este importante grupo de países –nacido en 1963 y actualmente con 132 miembros- cuyo Producto Bruto Interno global es el mayor del mundo, es apenas simbólico. También ningunean que la Argentina integre el Grupo de los 20 países industrializados y con economías emergentes. Son los que les gusta destacar al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, por similares pasos dados por Itamaraty, cuya política exterior es concordante y complementaria de las relaciones exteriores argentinas.
Los que solamente miraron y siguen mirando “aeropuertos afuera”, no pueden concebir que en el mundo muchos países y sus líderes reconozcan la recuperación que venimos percibiendo los argentinos en los últimos siete años. No solamente con relación a los índices que impactan al pueblo en sus ingresos y derechos sociales, sino también al crecimiento de la economía, pero con un Estado presente, activo y promotor. Y sobre todo, al desendeudamiento externo, que nos permite vivir de lo nuestro, sin estar atados a la usura internacional, viabilizada a través de los organismos multilaterales de crédito.
No terminan de entender que desde el Gobierno se haya señalado que "hemos tenido ofrecimientos para emitir deuda argentina a menos de un dígito, cosa que no vamos a hacer porque no tenemos la necesidad", teniendo en cuenta que "este año vamos a tener una tasa de inversión de 23 por ciento y esto implica más trabajo para la gente, que en definitiva es lo único importante".
Para el ministro de Economía, Amado Boudou, "este año ya se han pagado 5.000 millones de dólares de deuda con ese fondo constituido con reservas y tenemos 51.200 millones de dólares de reservas en el Banco Central, bastante más que los 47.500 que teníamos a principio de año; por eso estamos planteando para el año 2011 el mismo mecanismo". Esto es quizás lo que molesta a quienes siempre recurren a pronósticos apocalípticos para un futuro que, en cambio, madura en esperanza de mejor y mayor distribución del ingreso.
La presidencia del G 77, resulta por demás significativa y la Argentina ha venido demostrando, tanto en el MERCOSUR como en la UNASUR que su política exterior ya no es errática y tampoco permanece amarrada a los países centrales, sin descuidar las buenas relaciones con todos los bloques. Porque como permanentemente señalara el presidente, Néstor Kirchner y lo sigue haciendo la presidenta, Cristina Fernández, lo que importa en el mundo actual es el abordaje del multilateralismo en el marco del respeto a las diversidades.
Importa también destacar la mirada, la visión estratégica del Gobierno argentino con relación al mundo contemporáneo. Siempre hemos escuchado que la Argentina “debe ocupar el lugar que le corresponde en el concierto de las naciones”, sin que esto se haya hecho realidad, salvo que esta afirmación se refiriera al vasallaje. Ahora lo estamos ocupando y con ideas. La presidenta, Cristina Fernández, señaló al asumir, que el actual ordenamiento mundial “sigue siendo una fotografía vieja” y añadió que “no esperemos que haya una catástrofe a nivel mundial para reformar el Consejo de Seguridad; hoy la paz y la seguridad dependen de factores diferentes a los que están sentados en el Consejo de Seguridad".
Al respecto, sostuvo que “es necesario que la nueva fotografía del mundo tenga correlato en el sistema de representación y decisión en organismos del multilateralismo". Lo hemos escuchado en boca de otros líderes mundiales. Es la discusión que se viene y que nos interpela porque esta es la forma en que formamos parte del mundo; es la manera en que realmente dejamos de estar aislados para ser protagonistas.
Para algunos, pertenecer al mundo y no aislarnos, es estar endeudados, porque de esa forma estamos en el entramado financiero, ese que ha provocado la gran estafa internacional, dejando a millones de trabajadores sin empleo y a algunos países prácticamente en quiebra. Esa película ya la vimos en la Argentina y en América latina. Y con el esfuerzo del pueblo argentino y un Estado que se hace cargo, pudimos comenzar a escalar la colina del desarrollo con crecimiento colectivo y justicia social. A pesar de los agoreros de turno que siempre ven el vaso medio vacío.

28 de septiembre de 2010. 
 

lunes, 27 de septiembre de 2010

“Precautelar, el derecho de las mayorías.”

El artículo 161 de NUESTRA Ley Democrática de Medios Audiovisuales es hoy el eje del conflicto. Pero sabemos que al haber tocado intereses monopólicos, que algunos juzgaban perennes, encontrarán los oposicionistas, aún arbitrariamente, en algún otro artículo o reglamentación la excusa para intentar seguir embarrando la cancha. Los grupos hegemónicos desde hace décadas no saben lo que es informar y comunicar desde un marco de igualdad de condiciones y nos hacen saber su descontento a través de quienes estén prestos a serles funcionales. Éste artículo, el 161, habla de plazos, algo que parece no entrar en la cabeza de quienes se juzgaron "eternos dueños de la pelota". Pero la Ley puso ahora la pelota de nuestro lado, en el terreno DEL CONJUNTO. Ésta ley fue concebida participativamente, fue respaldada masivamente, se aprobó por amplia mayoría y deberá aplicarse en su totalidad. Ésto último es lo que reclamaremos ante Tribunales.
A continuación la nota que expresa la visión de la Ministra de Desarrollo Social sobre el tema:


“Precautelar, el derecho de las mayorías.” 
Por Alicia Kirchner

Mañana nos convocamos para decir una vez más SI a la aplicación de la ley de medios audiovisuales. No se trata de presionar a nadie, sino de precautelar el derecho de las mayorías, a tener una información y comunicación democrática, sin que la tutela de algunos jueces la coarte.
Desde los monopolios corporativos, conducidos por Clarín, se está presionando con medidas cautelares injustificadas para frenar esta ley. Esta garantiza no sólo el quiebre la Ley de Radiodifusión de la Dictadura Militar, sino un flujo equilibrado de información en el territorio, al permitir voces múltiples.
Nos manifestamos para que los monopolios cumplan con la ley, votada casi por unanimidad en el Congreso. Ley nacida, discutida y apoyada por foros regionales en todo el país. Es Justicia asegurar el derecho del pueblo a informar y ser informado con la verdad. Es uno de los derechos humanos principalísimos.
No debe haber privilegios para los que monopolizan la información. Estos se niegan obstinadamente a resignar una cantidad de licencias, que actualmente les permite hegemonizar el mensaje comunicacional. Lo han venido haciendo durante años, amparados en una legislación dictatorial y por el poder logrado en el neoliberalismo.
Por eso, debe quedar en claro que en una democracia real, con participación popular, nadie puede ni debe tener privilegios. Y mucho menos los monopolios de la información y la comunicación. No se está atentando contra la “libertad de empresa”, sino que se quiere garantizar reglas claras para todos. También para los monopolios. Estos medios concentrados están acostumbrados, en la Argentina y en América latina, a poner y sacar presidentes, a condicionar e influenciar a los otros poderes con tal de seguir dictatorialmente manteniendo su poder ilegítimo. Como señalara la presidenta, Cristina Fernández, “es como si tuviéramos una justicia para el monopolio y otra para el resto de la sociedad; la igualdad ante la justicia, la seguridad jurídica y el rol del Estado…, bien gracias. ¿Habrá que recurrir a tribunales internacionales para que las cosas vuelvan a ser iguales para todos en la Argentina?”.
Por el derecho de todos y todas a la palabra, para comunicarnos en libertad sin monopolios y para que en la argentina tengan cumplimiento efectivo los derechos reconocidos por la ley seguiremos participando y trabajando. Estamos empeñados desde hace siete años, en lograr para todas y todos los argentinos un país más equitativo, más solidario, con más justicia social. Por eso mañana, defenderemos nuestros derechos como sabemos hacerlo, participando.


27 de septiembre de 2010

viernes, 24 de septiembre de 2010

La mentira tiene patas cortas

Otro interesante análisis presentando la Ministra de Desarollo Social:


La mentira tiene patas cortas:
Por Alicia Kirchner

Cuando los dineros previsionales fueron a parar a empresas privadas, que rápidamente lo utilizaron para sus negocios y negociados, muchos de los que hoy se quejan por la desaparición de las AFJP mantuvieron un silencio que podemos llamar cómplice .Ahí sí se trató de una incautación, un despojo, una transferencia a manos privadas del dinero de los trabajadores activos, que además era prestado al Estado por estas empresas con fines de lucro.
Y es necesario aclararlo, porque se insiste en sostener que el dinero del ANSES pertenece a los jubilados. Es una verdad a medias y como tal, termina siendo una falacia . El dinero que fue recuperado de los negocios privados, corresponde a los aportes previsionales de los trabajadores y a las contribuciones patronales, que históricamente fueron consideradas como “salario indirecto”, en tanto las empresas los ubican en el rubro del costo laboral y lo cargan en los precios.
De ninguna manera se trata de una acumulación individual de capital, que los trabajadores efectúan para el momento de su jubilación. En los ingresos jubilatorios, subyace la solidaridad intergeneracional, sin la cual sería imposible asegurar el futuro de un trabajador al momento de culminar su vida activa.
Lo que ha hecho el Gobierno es considerar –como corresponde- esos aportes y contribuciones como públicos y por tanto, sujetos al control y gestión del Estado. Es verdad que desde que nacieron las Cajas Jubilatorias, hubo situaciones de un vergonzoso despojo para fines nada claros. Pero no es el caso de la actualidad. Porque desde el año 2003 en adelante, los ingresos de los jubilados se han ido incrementando hasta llegar hoy a la Presidencia de Cristina Fernández, en que por ley se establecen dos actualizaciones anuales y que se viene cumpliendo a rajatablas.
A ello se suma la actualización e incremento de las pensiones no contributivas, una realidad sin precedentes que no merece ser obviada, como un verdadero aporte a la distribución de la riqueza y a la justicia social. De esta forma, jubilados y pensionados han dejado de deambular por las calles de todo el país, mendigando por sus legítimos derechos, aunque fuera un pequeño aumento. Ahora no son más beneficiarios, son titulares de un derecho que se ejerce y a su vez es reconocido por el Estado.
Mienten descaradamente algunos políticos cuando se preguntan por qué el ANSES financia determinadas actividades para el crecimiento del país, aduciendo que se les está sacando dinero a los jubilados . El sistema previsional argentino, fundado como en el resto del mundo en base a la solidaridad intergeneracional, nació cuando el país tenía sus fábricas abiertas y millones de trabajadores aportaban para que los que iban terminando su actividad pudieran disfrutar de la jubilación.
En aquel entonces existían hasta seis trabajadores activos que aportaban por cada trabajador pasivo. Estas cifras daban la pauta de pleno empleo y de la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, eran épocas felices para el pueblo !
Con los años, el modelo neoliberal fue cerrando las fuentes de trabajo y se fue poblando de desocupados el país. Fueron los tiempos del “achicar el Estado, es agrandar la Nación”, luego del “es mejor fabricar caramelos que acero”, del “fin del trabajo humano”, de las finanzas por encima del capital productivo. Y los aportes de los trabajadores se fueron licuando, junto con la dramática reducción de los trabajadores activos !. Cuando sostenemos que el mejor organizador social es el trabajo, lo afirmamos también por esta continuidad, esta extensión del trabajador, sostenido por quienes le siguen en su aporte al sistema.-
Tampoco es antojadiza la decisión de la presidenta, Cristina Fernández, cuando envió al Parlamento las modificaciones al Sistema Previsional. No hizo nada más, ni nada menos, que cumplir con las disposiciones constitucionales, que señalan que "el Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable”. Durante 14 años se violó la Constitución sin que se levantaran más voces de protesta que las de algunas organizaciones sindicales y otras de jubilados.
Ahora, el Estado no inmoviliza esa masa de dinero de los trabajadores. Sería necio hacerlo. Pero en lugar de utilizarla con fines de lucro, lo invierte en mejorar al país y a sus familias. Por caso, es bueno señalar la Asignación Universal por Hijo. No es dinero del Estado, no es dinero de los empresarios; es con dinero aportado por los trabajadores que el ANSES financia este ingreso, que incluye a más de tres millones de niños argentinos. Los trabajadores ayudan solidariamente a otros trabajadores, tengan o no trabajo.
Como dijera la presidenta, Cristina Fernández, “este es un acto de estricta reparación, pero será un acto de justicia, cuando cada padre tenga un buen trabajo, un buen salario y una buena casa”.
Haciendo ejercicio de memoria podríamos encontrar la génesis de las AFJP, en CHILE, cuando se instauró el sistema de capitalización individual que en 1980 dio lugar a las Administradoras de Fondos de Pensiones, fue durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile. El sistema, actualmente presenta grandes grietas a la hora de visualizar el futuro de los trabajadores, porque esas empresas realizaron inversiones y negocios, especialmente en el extranjero, que las fueron desfinanciando. En todo caso, fue también una visión del neoliberalismo de toda la región, para imponer un individualismo suicida, que termina desestabilizando la institucionalidad de los países.
Pero también hay que mirar también hacia el viejo Continente parece que los jóvenes europeos se están negando a aportar al sistema previsional, porque lo consideran un impuesto más. De esta forma, se está quebrando la solidaridad intergeneracional, que es la base fundamental del sistema y es el que se sostiene en nuestro país !
Naturalmente que la única manera de recomponerlo en sus orígenes es volver al pleno empleo. Y eso es lo que estamos empeñados en lograr. Cada vez que se crea un puesto de trabajo, más ingresos se incorporan al sistema y la base se ensancha. Así ocurrió con los cinco millones de trabajadores que fueron recuperados para las actividades productivas en el país ! El trabajo abre puertas y asegura un futuro con justicia social para todos los argentinos.

14 de septiembre de 2010

lunes, 20 de septiembre de 2010

Libertad de empresa o Liberal empresa.

Por Alicia Kirchner.

Un nuevo modelo de país debe ser capaz, entre otros desafíos, de derrumbar mitos del modelo anterior. Sobre todo aquellos que sirvieron a los intereses más concentrados de la economía y que nos hicieran dependientes. Liberación o dependencia, tienen su resignificación actual, en la construcción política que busca un modelo de país inclusivo con justicia social, pero con democracia real y no formal.
         Uno de esos mitos es aquel que indica que la custodia de la libertad de expresión y de prensa, la tienen los medios de comunicación, cualquiera fuera la tecnología utilizada en el tiempo. Más que la información, ¡lo que vale es el medio!
          Pero el hombre es el promotor de la comunicación, porque la comunicación está íntimamente ligada a la conciencia y a la libertad, de lo que deviene la libertad de pensamiento, de expresión, de opinión y de crítica. Es posible que por eso, hoy con mayor frecuencia se interpele y hasta se cuestione a los medios de comunicación social, que no están exentos de la manipulación y de la irresponsabilidad, además de perfilar una creciente mediocridad, basada en una información pasatista, individualista, sin contenido y no comprometida con los valores y principios de la comunicación humana. Pero sobre todo no comprometida con la verdad, la justicia, los derechos humanos, la paz y la libertad del hombre y de todos los hombres.
 Cada vez más, muchas veces sucede que la libertad de prensa en el mundo es una máscara que esconde la cara de la liberal empresa. Y hay empresas donde lo primordial es sólo el negocio, dejando la información y la comunicación de estar al servicio del bien común, para convertirse en una simple mercancía.
 No se puede obviar que la irrupción del modelo neoliberal comprometió mucho más a la comunicación social y a los propios medios de comunicación, porque el sistema tiene políticas bien definidas y es desde allí que se pueden provocar y proyectar patrones socio-culturales capaces de internalizar el modelo, aún a pesar de la perversidad e injusticia que conlleva.
 En la Argentina, las empresas de la comunicación, cada vez más concentradas, fueron el hilo conductor de un proceso de  desmovilización política, mental y cultural, que produjo en algunas situaciones la incapacidad de pensar y evaluar con sentido crítico la realidad. Realidad que no pocas veces aparece distorsionada, por los medios, lo que compromete seriamente la libertad y la dignidad del hombre.
 Resulta una falacia seguir sosteniendo que la libertad se ejerce, cambiando de canal, de emisora y de medio escrito. En el marco de la globalización, el neoliberalismo se propuso modelar “una nueva sociedad”, poniendo el acento en la aplicación de la ciencia y la tecnología al servicio de la formación de la opinión pública. No es que otras vertientes ideológicas no lo hayan intentado, pero ha sido el capitalismo el que ha tenido la visión más pragmática en busca de la dominación.
 Por eso, la comunicación social debe debatirse sin temor al chantaje de quienes sostienen que hacerlo es coartarla o restringirla. Si los medios de comunicación social y sus propietarios, que sólo entienden el pluralismo como un proceso de marketing, no se ponen al servicio de la verdad, de la justicia, de los derechos humanos, seguiremos teniendo una comunicación social tan mediocre y engañosa como que la que tenemos.
A pesar de las múltiples interpretaciones surgidas de concepciones meramente mercantilistas, la información no es una simple mercancía y la función de informar no es un negocio cualquiera. Se trata de un derecho y de una función social eminente, que debe estar dirigida a la concientización de la sociedad para asegurar la compleja comprensión de los procesos económicos y políticos; sus conflictos inherentes en los niveles nacional e internacional, y su capacitación para participar en los procesos de toma de decisiones, que de otra manera aparecerían concentrados.
Si se lo quiere ver como una mercancía, hay que dejar de lado el mito de la libertad de prensa. Como les dijera la presidenta, Cristina Fernández, a los empresarios periodísticos "una de las condiciones básicas para darle competitividad a la economía y para garantizar la seguridad jurídica es que las actividades no sean monopólicas"y "ya que nos gusta hablar de libre mercado, hablemos en serio de lo que es libre competencia en insumos y anunciantes de diarios".
A lo que hay que apostar es la libertad de información y comunicación que es un derecho del pueblo y no de unos pocos empresarios, cuyos emprendimientos hace rato dejaron de ser un servicio para convertirse en negocios y canales de acceso a cuotas de poder desde el mensaje comunicacional. Se dice que quien controla la comunicación controla el poder, pero es bueno advertir que ese poder que da la información y la comunicación puede servir tanto para la liberación como para la dependencia. La Argentina es prueba de ello, tanto durante las dictaduras como en las democracias.
La presidenta Fernández desnuda esta realidad, al señalar que “asistimos a actos que nunca habíamos podido imaginar que podían realizarse y lo hicimos con alegría otorgando mayores derechos, ampliando derechos a las minorías, reconociendo la diversidad en este proyecto que es plural. Nunca, yo les puedo asegurar que nunca, hubo la libertad que hoy se vive en nuestro país, libertad de prensa para decir lo que se le dé la gana a cualquiera y bienvenida que así sea, libertad para expresarse. Y junto a eso, junto al derecho a la libertad, el derecho a la igualdad que se construye todos los días y en todos los campos, pero que requiere de instrumentos que hemos venido puntualmente enarbolando en todas las políticas desde el año 2003.”
Lo que no debería existir es aquella libertad que instalaron  posturas ideológicas y políticas destituyentes y por eso hay que defender a la información y comunicación de lo real y verdadero,  incluso hasta de los propios empresarios de la comunicación, porque bueno es reiterarlo, es un derecho del pueblo.

20 de septiembre de 2010.

viernes, 17 de septiembre de 2010

El antiperonismo y sus consecuencias históricas

Por Fabián Curotto

Cuando se hablaba de los últimos sesenta y cinco años de la política argentina las posturas solían enrolarse, a grandes rasgos, entre peronistas y antiperonistas. Ahora muchos socialistas y hasta comunistas (sabemos que no todos) que en su momento se enrolaban “a priori” entre las huestes contrarias al primer peronismo, han hecho un revisionismo del rol social transformador del movimiento obrero argentino, ese que respondía a Perón, y han sabido revalorizar y redimensionar la importancia histórica de aquellos trabajadores concientes de su protagonismo como también de las políticas de estado generadas en aquel momento por quien estaba al frente del gobierno. Incluso sin adherir ni de lejos el ideario del Perón líder, como tampoco Perón adhería ni por lejos al comunismo, aunque si a determinados aspectos del marxismo, reconocen su impronta transformadora y su perfil social y popular. Empiezan a percibirlo como lo fue: la daga que hasta el día de hoy más lastimó en su ego y en concreto a la oligarquía vernácula y a sus mezquinos intereses de clase. Y redimensionan también al filo de esa daga, la compañera Evita. Llegan a ese reconocimiento al releer la historia de lo que vino después y, supongo que en muchos casos, al ver como atacan al actual gobierno nacional y popular los mismos  intereses hegemónicos, las mismas corporaciones pro capitalismo foráneo que voltearon a Perón y a la esperanza de una patria obrera en el ’55. Luego de éste acercamiento vuelven a tomar distancia, lo cual es válido y entendible, pues hasta por estrategia de construcción propia necesitan hacerlo.
Antes de 1945 la disyuntiva era animada por el pensamiento nacional contra el de los conservadores, teniendo a Yrigoyen como representante nominal una buena porción de los primeros y a algún idealizado presidente anglosajón los segundos. Pero volvamos a nuestros últimos sesenta y cinco años, lapso que tiene como puntapié inicial al peronismo: ese “hecho maldito” para la oligarquía argentina y para los burgueses apátridas o con identificación de clase.
Se dice que nuestro país pudo haber avanzado muchísimo más de lo que lo hizo, por lo que potencialmente posee, por esa riqueza la mayoría de las veces latente en su geografía y en sus habitantes. Y se agrega que tanto el peronismo como el antiperonismo han sido incapaces de hacer crecer a nuestro pueblo y de posicionar al país como un buen ejemplo ante otras naciones. Esto es, cuanto menos, una distorsión alevosa. Diría directamente que es una falacia funcional a lo que conocemos como “gorilismo”, sin duda alguna. Pues de esas seis décadas solamente un puñado de años contaron con verdaderos representantes del peronismo en el poder. Primero vamos de 1945 a 1955, con el propio Perón al frente. En lo que respecta a ésta etapa fundacional no voy a detenerme en los detalles de la construcción de estructura política que sostuvo al gobierno por aquellos años, sólo marcaré que entre los que acompañaron, además del grueso de los trabajadores, había socialistas con responsabilidades gremiales, referentes del Yrigoyenismo, intelectuales en sintonía con el pensamiento nacional y esa parte del empresariado que veía con satisfacción aquello de “Industria Argentina”, entre otros. Recordemos que hablamos sólo de algunos socialistas, pues a los dirigentes de ese partido no le molestaban para nada las injerencias de la embajada norteamericana en cuestiones económicas y en las elecciones de 1946, apoyando a la Unión Democrática, no sacaron votos ni para meter un solo diputado nacional. Ese socialismo “pro embajador yanki” sólo podía entretenerse en la confección de volantes distribuidos casi exclusivamente entre los afiliados y tenían una clara posición: “el peronismo era nazifascismo”, todo esto ante la risa de los trabajadores que seguían obteniendo conquistas laborales y reivindicación de derechos reclamados desde siempre. Cuento una anécdota personal; mi abuelo, nacido en 1903, que había sido hasta ese momento socialista, se pasó corriendo al peronismo, un poco por la vergüenza que le causaba esa lectura infantil que hacia cierto sector del socialismo del proceso histórico que estaba viviendo nuestra patria, aun con sus contradicciones.
Ésta etapa se vio interrumpida del peor modo en 1955, con la irrupción en el escenario de la “Revolución Fusiladora”. Cómplices de los que bombardearon la Plaza de Mayo y fusilaron civiles y militares leales a Perón fueron políticos opositores que no conseguían torcer la voluntad de los votantes, pues en lugar de elaborar propuestas de gobierno superadoras se empeñaban en generar intrigas en complicidad con la cúpula eclesiastica y grupos identificados con el poder económico reaccionario… en fin, nada nuevo bajo el sol.
Hubo luego de éste golpe que exilió a Peron, periodos dictatoriales y algunos democráticos, pero en todos los casos la proscripción del peronismo era el denominador común.
El segundo periodo con identidad peronista se inicia con el gobierno de Campora, recién en 1973. Héctor Campora estuvo solamente 49 días al frente del ejecutivo. Se vieron en esos días claras intenciones de retornar a los lineamientos económicos de los anteriores gobiernos de Perón, con una política nacionalista, con rol activo en regulaciones desde el estado y también en lo referido a distribución de la riqueza. Al mismo tiempo se retomaron relaciones diplomáticas con Cuba y se designó al frente de la UBA a un marxista. Los jóvenes que habían venido hablando de “la patria socialista construida desde el peronismo" se entusiasmaron… pero para el nefasto e influyente José Lopez Rega, cabeza identificable de la derecha del PJ, fue demasiado. Los de Campora fueron anuncios y esbozos, pues la peor derecha del partido aprovechó los hechos de Ezeiza para convencer con sus operaciones al ya anciano Perón de bajarle el pulgar al nuevo gobierno. A los amigos de Lopez Rega les gustaba reflotar con intencionalidad aquél cántico que rezaba “ni yankis ni marxistas… Peronistas!”, pero en realidad sólo estaban interesados en eliminar marxistas, pues los yankis nunca parecieron molestarles demasiado. Con la renuncia de Campora y la convocatoria a elecciones comienza la cuenta regresiva para la vuelta de Perón al gobierno. Gana las elecciones con más del 60% de los votos y asume el 12 de octubre de 1973 la presidencia.
De éste periodo, que terminará siendo corto, se recuerda en lo económico ese mantenimiento de rumbo, con el Pacto Social entre trabajadores, empresarios y el estado como proa, y con la intención mejorar la distribución y la inversión. Aumentar el nivel de demanda y disminuir el proceso inflacionario eran otras de las consignas.
La militancia mantenía, mas allá de algunas discusiones, buena espectativa en lo económico, pero la lucha política intestina ya causaba estragos. Perón murió el 1º de julio de 1974. Lo sucedió su esposa, la más que mediocre Isabelita, marioneta claramente funcional a los intereses del antiperonismo.
Luego los años de la genocida dictadura civico-militar que aplicó a fondo todo lo que dictaba lo mas salvaje del capitalismo, con ese neoliberalismo que deteriora intencionalmente todo tejido social cercano al pueblo; una pobreza diseñada.

El retorno de la democracia, en 1983, se da con el triunfo de la Unión Cívica Radical. Sucedió a ésta fuerza en el poder, tras el triunfo electoral acontecido en 1989, un candidato que tuvo en sus boletas el sello del Partido Justicialista, partido que siguió llevando a la gobernación y a otros cargos a varios cuadros comprometidos con los ideales de nuestras filas. De todas maneras, creo que está mas que claro, el tema que nos ocupa es "el peronismo" y no "el pejotismo". La identidad peronista trasciende notablemente al partido, pues un partido es una estructura, y como toda estructura puede en algún momento llenarse o vaciarse de contenidos. En cambio la identidad es algo que indisolublemente está ligado al ser.
Volviendo a esa elección de 1989, a nivel presidencial ganó ese candidato que resultó ser un siervo del Consenso de Washington, un traidor a nuestras bases que se dedicó a ser sistemáticamente antiperonista, designando ministros provenientes de la Unión de Centro Democrático en varias carteras, y proponiendo sin remordimientos al neoliberalismo como respuesta económica. La industria nacional, que doctrinariamente impulsó Perón, terminó de ser desmantelada. El indulto a los genocidas que tanto daño habian causado al pueblo todo, y masacrado con calculado énfasis a compañeros de nuestras filas, fue vergonzoso, pues fue una negación por decreto del valor de la lucha y del sacrificio de tantos. Por lo cual seguimos viendo que el peronismo bien entendido sigue sin sumar “kilometraje” en éste recuento de años que estamos haciendo.

Gobierno de la Alianza en 1999, con un radical al frente, fue lo que sucedió a esos años. A consecuencia del mantenimiento de las politicas económicas recien mencionadas la economía explotó en una crisis económica y social, como era previsible y, provocando la renuncia de De la Rua, asistimos a un desfile de presidentes provisionales que duraron días, o incluso horas. Luego de ésta vertiginosa sucesión de figuritas llegó Eduardo Duhalde, por decisión del poder legislativo. Saben los que me conocen que hoy en dia considero que Duhalde está haciendo antiperonismo como estrategia para posicionarse políticamente. Teje alianzas con entidades y personajes que durante años maltrataron de todas formas al pueblo trabajador. Pero al estar hablando de sucesos históricos relacionados con el peronismo en la presidencia, paso a contarlo como un peronista gobernando. No arbitrariamente, sino por haber dado desde el mando del estado algunas señales, tal vez insuficientes, pero en un contexto muy complejo, de una voluntad de irse alejando del peor neoliberalismo. Luego de ese breve lapso de gobierno que comenzó en 2002, lo sucede Néstor Kirchner, quien gobernó entre 2003 y 2007.
Finalizado el periodo de Kirchner asume quien triunfó en la elección presidencial, su esposa Cristina Fernández, quien está al frente del ejecutivo hasta la actualidad.
De más está decir que tanto al gobierno de Néstor Kirchner como al de Cristina Fernández alrededor de veinte millones de argentinos los consideramos como los periodos gubernamentales más exitosos desde 1955 a ésta parte, y no sólo por simpatía ideológica, sino por irrefutables resultados, y por ver que la esencia del verdadero peronismo, el que denominamos nacional y popular, está presente en todo momento. Lo vemos en las medidas económicas, en lo relacionado con políticas de derechos humanos y en muchísimos otros aspectos.

Cierro entonces con la siguiente conclusión: en más de seis décadas menos de 20 años tuvieron que ver con gobiernos de identidad peronista. Y, vaya casualidad, la mayor parte de ese puñado de años fueron de crecimiento y obtención de derechos para los trabajadores. Endilgarle responsabilidad histórica al peronismo cuando se habla de estancamiento o retroceso económico es no haber leído, siquiera por arriba, la historia de nuestro país… y jugar, conciente o inconcientemente, a favor de intereses corporativos fácilmente identificables. Por nuestra parte estaremos atentos a que la antipatria no vuelva a jugar en contra de nuestro destino. Ya basta de escribir nuestra historia con la sangre de nuestro pueblo y con las lágrimas de su dolor. Queremos de ahora en mas escribirla con el sudor que genera el trabajo digno y, si hay lágrimas, que sean fruto de la emoción experimentada ante la posibilidad concreta de un futuro mejor.


Buenos Aires, 17 de septiembre de 2010.

jueves, 16 de septiembre de 2010

La Noche de los Lápices - por Alicia Kirchner

Vengo difundiendo en éstos últimos dias las reflexiones de la Compañera Ministra de Desarrollo Social sobre diferentes temas. Encontraremos en las líneas que siguen a ésta introducción una reivindicación de la participación activa y constructiva de nuestra juventud estudiantil, más allá de cual sea su pertenencia o identidad política. 
Algunos opinólogos, durante éstos últimos dias, al referirse a la toma de colegios por parte de estudiantes que piden soluciones sobre cuestiones que ya vienen siendo reclamadas desde hace largo tiempo al gobierno de la ciudad de Buenos Aires, tienden a decir de modo despectivo "la cosa está politizada". Bueno, enhorabuena si es así!. Luego de haber vivido esos años en los que la politica se encontraba desvirtuada, en donde por todos lados se oia decir "que se vayan todos" es bueno, es saludable, que los jóvenes reconozcan a la política como una herramienta de transformación de realidades, un intrumento de negociación y de obtención de resultados. La lucha de aquellos jovenes protagonistas de la nefasta e inolvidable "noche de los lápices" no fue en vano, y renace en cada joven que sueña con la posibilidad de plantear un futuro mejor, un futuro profundamente inclusivo y solidario.



La Noche de los Lápices
(por Alicia Kirchner)
En el marco de un nuevo aniversario de la Noche de los Lápices y atenta al reverdecer de nuevas expresiones de organización juvenil que ponen en discusión el orden establecido de las cosas, resulta necesario enlazar históricamente las diferentes luchas de la juventud argentina en pos de un proyecto de país inclusivo, justo y soberano. Cabe destacar que esas luchas excedieron la mera pertenencia generacional y permiten explicar en gran medida los momentos de quiebre y transformación mas importantes de nuestra vida política.
No es motivo de estas líneas atacar al conservadurismo actual, que inútilmente reclama la no-politización de los jóvenes en las instituciones educativas, deslegitimando todo proceso de organización.
Sin embargo, resulta de suma importancia, rever la historia para no cometer errores de interpretación.
En 1976, so pretexto de defender los valores occidentales y cristianos, la dictadura cívico/militar aniquiló a parte del pueblo organizado dejando un saldo de 30.000 compañeros detenidos desaparecidos, pero además instrumentó la completa destrucción de la industria nacional.
Los años 90 significaron la consolidación democrática de ese modelo de exclusión . Tal sistema, no sólo fue dejando a millones de personas excluidas de los derechos sociales sino fortaleciendo el individualismo en un sálvese quien pueda.
Por ello es que hoy afirmamos que la organización social y política es el mejor medio para la conquista de los derechos.
Desde esta cosmovisión, no podemos como Estado y como Sociedad, invalidar a los jóvenes que hoy luchan por una mejor calidad de vida y lo hacen desde el respeto, la solidaridad y el ejercicio de las garantías constitucionales.
En lugar de buscar enfrentamientos o desvalorizarlos , es necesario ayudar a consolidar los espacios de participación en el marco de su formación colectiva.
La creación de centros de estudiantes en todos y cada uno de los establecimientos educativos es el primer escalón en el aprendizaje y puesta en práctica del ejercicio de una ciudadanía plena .
La organización de las juventudes, es motivo de celebración, no de preocupación. A 34 años, otros lápices siguen escribiendo nuestra historia que augura una patria grande y un pueblo feliz.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

No es "viento de cola"

A continuación leeremos el muy buen análisis de la Ministra de Desarrollo Social sobre las medidas económicas adoptadas por el actual modelo, impulsado desde el ejecutivo, y sobre la lectura que dan a esas medidas sectores identificables. 
Escuchamos habitualmente el para nada criterioso y hasta directamente malintencionado discurso de dirigentes de la oposición y economistas neoliberales, que adjudican logros a circunstancias internacionales que "de casualidad nos rozan", mientras que a los resultados económicos que no son favorables los remarcan como de absoluta responsabilidad del gobierno. Con tono docto propagan tanto ésta lectura distorsiva y poco técnica de lo que deberìa ser un análisis económico real, siempre a traves de medios de comunicación afines a sus intereses de reposicionamiento político, que finalmente logran hacer ver como lectura objetiva lo que no es mas que una operación política bien básica: y lo consiguen asi, repitiendo como verdad revelada cualquier arbitrariedad.


NO ES VIENTO DE COLA !!!  
Por Dra. Alicia Kirchner
 
         Cualquier tropiezo en la economía, por pequeño que sea, es atribuido a la política del Gobierno. Pero cuando la economía crece, aumentan los ingresos de los trabajadores, que se vuelcan a mejorar la calidad de vida de las familias, decrecen los índices de vulnerabilidad, los hijos de los que menos tienen vuelven a la escuela, porque el papá o la mamá recuperaron el trabajo, no se contabiliza como un logro. Antes bien, algunos medios de comunicación, economistas liberales y políticos intencionadamente desinformados, lo adjudican a un “viento de cola”.
          Bien lo señala nuestra presidenta  Cristina Fernández, “no se trata de que aplaudan todo, pero al menos reconozcan que algo se está haciendo bien”. Porque si de honestidad intelectual se trata, muchos  denominados “analistas” o “consultores” carecen de altura moral. O en el mejor de los casos, siguen adhiriendo al modelo neoliberal, porque en el fondo sus negocios se ubican en el circuito que determina :  “cuanto peor, mejor”.
El esquema funciona así : es necesario agitar el ambiente ciudadano y sobre todo del “establishment”, con malos augurios porque de lo contrario… quién los seguiría consultando?
         Si bucearan en la Argentina real, esa que está saliendo de las tinieblas y a la que todavía le falta mucho, pero no afloja, los consultantes se ahorrarían mucha plata. No hay “viento de cola” que dure tantos años, sin que exista  una política pública económica y social con mirada autónoma y no extranjerizante . Sin políticas contracíclicas, no hubiera sido posible que la Argentina superara tan  bien y ajena casi a las crisis de los países centrales.
         En 1992, Bill Clinton, entre otras cosas, cuando  logró derrotar a George Bush (padre) utilizó la ya famosa  frase : “es la economía, estúpido”, a lo que agregaba en su campaña, “cambio vs. más de los mismo” y “no olvidar el sistema de salud”. Para los liberales americanos –sean demócratas o republicanos- la economía es esencial y está por encima de cualquier otra consideración, incluso de los más elementales derechos humanos. Por eso, lo de la salud. Como muestra basta mirar los esfuerzos del presidente, Barack Obama, para encarar una política pública de salud que alcance a todos los norteamericanos, algo inusual en esas latitudes.
         Para los neoliberales argentinos, muchos ofician en realidad de ¨agentes consulares¨ de las grandes corporaciones multinacionales, también la economía resulta esencial, sobre todo en cuanto les sirve para garantizar sus negocios. En épocas de crisis, financistas y no pocos empresarios argentinos tributaban a la banca en el exterior, a los paraísos fiscales, mientras  paralizaban la producción y el crecimiento. Nada les importó sobre  el destino de los millones de argentinos que fueron quedando a la vera del camino. En todo caso, dispusieron de  ambulancias funerarias, para ir recogiéndolos, pero no incluyéndolos.
         Aunque parezca mentira, todavía hoy, las empresas argentinas tienen una capacidad industrial ociosa, beneficiados con la incorporación de nueva tecnología, en épocas del dólar favorable y de los incentivos que el modelo les aportaba sin imponerles responsabilidad social y solidaridad.
         La economía entonces, ventajosa por cierto durante el neoliberalismo, también se nutrió de la situación externa globalizada, pero no tanto como para que no se pudiera evitar la metástasis. La Argentina crecía pero  también crecieron los pobres, los desocupados, los menores que abandonaron la escuela, los hogares destruidos y la calidad de vida se fue hipotecando.
En la Argentina del nuevo modelo, de manera inédita se desendeudó al país y pudimos cortar el cordón umbilical con los organismos multilaterales de crédito externo, a los que nos habían anudado los militares de 1955. Entonces sí “la economía, estúpidos” se subordinó a la política y se colocó al servicio del país y de las mayorías populares.
         No se le puede llamar “viento de cola” a la creación de 125.000 nuevas empresas de industria y comercio, entre 2003 y 2009; a un aumento del empleo industrial constante de más del 33 por ciento; al descenso de la desocupación, desde el 20,4 por ciento al 7,9 por ciento; al incremento de la participación salarial en el PBI que ya alcanza al 43 por ciento. Es política y no “viento de cola” el haber llegado a los 5.500.000 jubilados y a más de 1.000.000 de pensionados; con 14 aumentos consecutivos de la jubilación mínima que trepó en un 600 por ciento. Es política la creación de casi cinco millones de nuevos puestos de trabajo, con una remuneración media que creció entre 2002 y 2009 en más del 56 por ciento, ubicándose en la más elevada de los últimos 23 años. Es política pública también que se haya reducido el empleo informal en más del 15 por ciento y que el salario mínimo y vital aumentara el 820 por ciento con relación a la década neoliberal del ’90.
         Tampoco es “viento de cola” que hayamos superado el 6,2 presupuestado para la Educación; que la ciencia y la tecnología ahora estén valorizadas; que se hayan repatriado cerebros que debieron emigrar porque los habían mandado a “lavar platos”; No lo son las políticas sociales integrales más activas en la historia de los últimos 50 años; ni las obras de infraestructura nacional abarcadoras de todo el territorio; ni la cobertura y previsión de la salud, la contención de la niñez, la adolescencia, la familia y los adultos mayores.
         Esta nueva Argentina que construimos y seguiremos construyendo entre todos, es posible porque estamos aprendiendo a miramos entre nosotros para superar problemas que parecían insalvables. Podremos tener diversidad de opiniones y de miradas, pero el campo nacional y popular vuelve a estar unido tras un proyecto de país en el que nos reconocemos a partir de ese valor esencial que es la solidaridad, que hace sólido al tejido social dañado con tanto fervor antiargentino. Entonces hermanos y hermanas que habitan nuestro suelo: bienvenido el “viento de cola” si somos capaces de generar una corriente de pensamiento, de acción y de organización social orientada a un destino común. Así cancelaremos el individualismo que nos hizo dependientes. Así podremos seguir el camino de la auténtica liberación personal y colectiva.

14 de septiembre de 2010

lunes, 13 de septiembre de 2010

Una mejor distribución de la riqueza es la garantía de la justicia social

Agrego a continuación el análisis de la Ministra de Desarrollo Social sobre la distribución de la riqueza como herramienta de dignificación del hombre. Se da en el mismo una clara lectura del actual momento histórico nacional y queda evidenciada, con argumentos, la necesidad de mantener y profundizar el modelo que se propone desde el ejecutivo. Se hace palpable, además, la estatura politica de quien expresa aquí en palabras lo que ya expresó con hechos, en incontables oportunidades, a traves de su gestión.

"Una mejor distribución de la riqueza es la garantía de la justicia social"
Por Alicia Kirchner

Algunos se brotan cuando se habla de redistribuir la riqueza. A lo mejor se sienten mejor en épocas de crisis, quizás porque los costos los pagan siempre los que menos tienen. Los puestos de trabajo los pierden los trabajadores. La desintegración familiar es el camino seguro para quienes ni siquiera tienen fuerzas para el conflicto social. La especulación financiera, de las bolsas, de los paraísos fiscales, de la evasión y de la fuga de capitales, se dan en esos contextos críticos. Y ahí ganan los que más tienen y pueden concentrar sus ganancias, muchas veces espurias. Cuando el país crece, se regenera el vínculo laboral y se abren las puertas del trabajo, y también sobrevienen los conflictos. Porque es legítimo que todos quieran participar en alguna porción mayor de la torta.
El conflicto social es conflicto de intereses. No hay que temerle, porque es inherente a la democracia. Un Estado presente armoniza los conflictos y los convierte en un ejercicio dinámico que enriquece la participación popular. A lo que hay que temerle es a la anomia, al disciplinamiento que cristaliza a la sociedad en clases sociales sin capacidad de ascenso, de movilidad, porque este es un sistema propio de las democracias formales, de unos pocos, y de los regímenes dictatoriales. En el mundo, históricamente este último tipo de conflicto ha silenciado voces que reclamaban justicia y en no pocos casos ha sido de manera cruenta.
La Argentina, es posiblemente el único país en el mundo en el que se celebra el 1º de Mayo, como “Día del Trabajo”. En el resto se “conmemora” a los obreros Mártires de Chicago, excepción hecha de Estados Unidos, país en el que fueron asesinados. Y se celebra, lo celebran particularmente los trabajadores, que acceden a la dignidad del trabajo, desde el primer Gobierno de Juan Domingo Perón, que garantizó la Justicia Social. Sería un error suponer que los avances logrados a través de una legislación señera en el mundo moderno, se limitara al salario. Resulta más correcta la mirada desde las condiciones de vida y de trabajo, que tienen que ver significativamente con la centralidad del hombre que trabaja, del trabajo humano, de la consolidación de la familia y también de la inclusión de los trabajadores a la política, un derecho que les estaba vedado.
Pero de ese contexto forma parte el ingreso de los trabajadores. Se trata de la retribución legítima al aporte subjetivo del trabajo en el marco de la producción. Superior incluso al del capital. Sin embargo, durante los gobiernos justicialistas, los trabajadores y los empresarios dividieron en un 50 por ciento cada uno, como sector productivo, sus ingresos con referencia al Producto Bruto Interno. Es bueno recordar que nunca como en ese tiempo, los empresarios ganaron tanto, a pesar de tener que dispensar mayores excedentes en beneficios de sus socios, los trabajadores. Entonces hubo una distribución de la riqueza equitativa y en justicia. Luego, gobiernos democráticos y dictatoriales lo derogaron de facto o implícitamente y hasta no hace mucho tiempo flexibilizaron las conquistas laborales y redujeron los salarios de trabajadores y jubilados.
Hoy nuevamente, desde el Gobierno nacional, primero de la presidencia de Néstor Kirchner y ahora de Cristina Fernández, volvemos a discutir con seriedad y responsabilidad una mayor y mejor distribución de la riqueza, de una Argentina en pleno crecimiento. Y además del ingreso creciente de los trabajadores formales, un proyecto legislativo intenta reglamentar el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que establece que el trabajo debe garantizar, entre otros derechos, “la participación (de los trabajadores) en las ganancias de las empresas”. No se trata de una formulación trasnochada, sino de avanzar en la aplicación concreta de nuestra Carta Magna.
El ex presidente y diputado nacional, Néstor Kirchner, ha señalado que “es fundamental la distribución del ingreso” y le pidió “a los empresarios que no hablen con desprecio de los trabajadores y a los trabajadores, que no lo hagan con los empresarios nacionales. La Argentina debe volver a 1974, cuando la distribución era de 50 y 50. Los trabajadores deben poder ver el balance de las empresas".
Ya la Constitución justicialista de 1949, hablaba del “derecho a una retribución justa”, señalando que “siendo la riqueza, la renta y el interés del capital frutos exclusivos del trabajo humano, la comunidad deber organizar y reactivar las fuentes de producción en forma de posibilitar y garantizar al trabajador una retribución moral y material que satisfaga sus necesidades vitales y sea compensatoria del rendimiento obtenido y del esfuerzo realizado”. Este concepto es sustancial a la hora de evaluar este derecho de los trabajadores. Y su negación contrasta con las expresiones de quienes generalmente consideran “exiguo” los ingresos de los trabajadores y haciendo uso político de las estadísticas nos hablan de lo costoso que es llegar a la canasta familiar, pero a la hora de la verdad se asocian en contra.
En el mundo de los países centrales, industrializados, poseedores de la más moderna tecnología, los vínculos de empleo se quiebran y la escalada del desempleo es incesante. Algunos de esos países que supieron construir un “Estado de bienestar”, hoy en franca decadencia, las reformas laborales incluyen, entre otras, una baja las indemnizaciones por despido y una reducción en los tiempos para producirlos, lo que supuestamente alentaría a los empresarios a contratar más trabajadores sin la rigidez de las conquistas laborales.
En la Argentina, los trabajadores discuten salarios, condiciones de trabajo y ahora una mayor distribución de la riqueza a través de la participación en las ganancias de las empresas. Este es un país que crece en serio. Porque es el Estado presente el que habilita a los trabajadores en la búsqueda del ascenso social, de una mejor calidad de vida para ellos y sus familias. Por eso los trabajadores en esta parte de América latina, seguirán “festejando” el “Día del Trabajo”, porque no hay país sin trabajadores aportantes a la construcción de un Proyecto Nacional y Popular, que privilegie al trabajo por sobre la economía y que ponga a ésta al servicio del pueblo todo y no de unos pocos.

13 de septiembre de 2010

lunes, 6 de septiembre de 2010

"Tengo un Plan" dijo De Narvaez; pero mejor que decir es hacer

Por Fabián Curotto

Muchos me decian que la inseguridad no era un tema para esquivar, y estoy absolutamente de acuerdo. En las legislativas del año pasado un empresario se puso a jugar a la política con slogans, con latiguillos ("Tengo un Plan" o "Alica, alicate"). Pero al igual que ese otro empresario con bigote o sin bigote que juega a la política, pensó que con un buen jefe de campaña alcanzaba para que la gente con el correr del tiempo no se percate de quien hace cosas y quien no.
Con el congreso a favor la oposición confirmó nuestra sospecha de ser una "bolsa de gatos" y, unida sólo para criticar, no se sentó a elaborar leyes aplicables. Algunos de ellos salian a respaldar algún "hay que matarlos a todos" alentado por las mediáticas "voces autorizadas" en un tema tan complejo como lo es la prevención del delito y su problemática, voces como las de Susana Gimenez, Amalia Granata y de especialistas por el estilo.
A continuación el proyecto del FPV:

Proyecto del Ley del FPV, sobre Inseguridad presentado el Martes 31/08/2010 en el Senado

Senado de la Nación
Secretaria Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
(S-1638/10)

PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,.

Artículo 1: Queda prohibida, en todo el territorio nacional, la comercialización, el transporte y el almacenamiento de autopartes, repuestos y/o accesorios usados de automotores, como así también el desarmado de un automotor para la posterior comercialización de sus autopartes, repuestos y/o accesorios.

Artículo 2: La Autoridad de Aplicación procederá a la clausura definitiva de todos los locales, depósitos, galpones y cualesquiera otros lugares que funcionen como desarmaderos de automotores, a excepción de aquellas plantas de desguace, debidamente habilitadas al efecto, cuya actividad principal se encuentre dirigida al reciclado de los mismos como materia prima para el abastecimiento de la industria metalúrgica.

Artículo 3: La Autoridad de Aplicación procederá a la inmediata clausura de todos los comercios minoristas que, no guardando relación con su rubro principal, ofrezcan o publiciten la venta de equipos de audio u otra clase de accesorios usados, destinados al equipamiento de automotores.

Artículo 4: Será reprimido con prisión de cuatro (4) a doce (12) años quien, en violación de la presente ley, comercialice, transporte o almacene autopartes, repuestos y/o accesorios usados de automotores. Idéntica pena le corresponderá a quien desarme un automotor para la posterior comercialización de sus autopartes, repuestos y/o accesorios.

Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años todo aquel que compre autopartes, repuestos y/o accesorios usados de automotores.

Artículo 5: La Secretaría de Seguridad Interior, dependiente del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, será la autoridad de aplicación de la presente ley.

Artículo 6: El Poder Ejecutivo Nacional procederá, dentro del plazo de noventa (90) días a partir de la promulgación de la presente, a reglamentar la presente ley, estableciendo el procedimiento a seguir en aquellos supuestos de automotores destinados a desguace por los particulares, o provenientes de remates o compañías de seguros a esos mismos fines, como así también al dictado de aquellas normas que aseguren el destino de las existencias lícitas de los comercios, depósitos u otros establecimientos cuyo cierre se dispone por esta ley.

Artículo 7: Los delitos previstos y penados por esta ley serán de competencia de la justicia federal.

Artículo 8: Deróguese la ley 25.761.

Artículo 9: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Miguel A. Pichetto. - Eric Calcagno. -Daniel F. Filmus. –José M. A. Mayans. – José Pampuro. –Nicolás A. Fernández. -

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

Tanto el Gobierno Nacional como este Congreso se encuentran abocados a la tarea de disminuir los altos índices de comisión de delitos, avanzando sobre todas sus causas.

Dentro de ese panorama, la problemática de los desarmaderos de automóviles y su vinculación con el creciente robo de automotores y el homicidio derivado de ese delito, viene ocupando la agenda pública desde hace tiempo.

Este Congreso ha sancionado en el año 2003 la ley Nº 25.761, por la que se regula la actividad de los desarmaderos de automotores y venta de sus partes, en un claro intento de ponerle fin a una actividad que, desarrollada ilegalmente, ya ha costado muchas vidas.

La legislación provincial, más específicamente la de la Provincia de Buenos Aires, también ha captado la preocupación de sus autoridades, que han visto cómo su territorio se fue convirtiendo, paulatinamente, en emplazamiento de gran cantidad de desarmaderos, galpones, talleres y cualesquiera otros lugares donde proceder, en contados minutos, a la reducción de los automotores producto de ilícitos.

No obstante las medidas adoptadas, se advierte que el lucro resultante de esta actividad ilícita es de tal magnitud y de tan inmediata concreción, que requiere de medidas aún mas contundentes, para ponerle fin en el corto plazo y terminar, en forma definitiva, con el alto grado de significación que la delincuencia atribuye a este delito.

En ese sentido, la realidad indica que deben extremarse las medidas para desalentar la actividad ilícita de venta de autopartes y de repuestos usados, en la medida que dicha actividad constituye la principal causa del alto índice de robos de automotores y de homicidios en ocasión de robo, y el por qué de la existencia de muchos de los desarmaderos u otros lugares donde proceder al desguace de los autos robados y canalizar, para su venta, el producto ilegal resultante.

Las vidas humanas en juego y a merced de esta actividad tan peligrosa, ameritan estrechar el cerco a una delincuencia que, en forma organizada y muchas veces amparada en la complicidad policial, ve en el robo de autos una solución más que lucrativa a sus necesidades.

La Constitución Nacional no garantiza el ejercicio de industria ilícita alguna. No existe un derecho a comerciar a expensas de la propiedad, de la seguridad y de la vida ajena.

Sobre esa base, esta iniciativa propone poner fin a la actividad ilícita de los desarmaderos en cuestión, con el propósito de desalentar el robo de automotores a gran escala y con destino a un aprovechamiento ilícito de sus partes, y evitar los homicidios que se producen en su consecuencia.

Con ese mismo fundamento, se propone también la prohibición de venta de repuestos usados, en la inteligencia que, junto a las autopartes, su compra-venta constituye el objetivo más preciado de la actividad en cuestión, actividad que no distingue entre quien roba e introduce los bienes robados en el circuito comercial, y quien adquiere los mismos, muchas veces sospechando o a sabiendas que ellos son el producto de un hecho delictivo consistente en un desapoderamiento o un homicidio.

Por último, cabe resaltar que el presente proyecto encuentra su antecedente en el Proyecto de Ley S-2525/03.

Por todo lo hasta aquí expuesto, solicito a mis pares la urgente sanción del presente proyecto.

Miguel A. Pichetto. - Eric Calcagno. -Daniel F. Filmus. –José M. A. Mayans. – José Pampuro. –Nicolás A. Fernández. - 
      Una vez mas: Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar.