La Argentina asumió la presidencia pro tempore del bloque Grupo de los 77, que contiene a los países en vías de desarrollo o con economías emergentes, más China. La presidenta, Cristina Fernández, señaló al respecto que "la Argentina lo vive con un gran orgullo pero también con una inmensa responsabilidad". Y en rigor de verdad, los argentinos deberíamos vivirlo con orgullo, porque todavía nos siguen diciendo que nuestro país está aislado de un mundo supuestamente globalizado y nos auguran el suicidio como pueblo en la faz de la Tierra.
Quienes permanentemente denigran todo lo argentino, destacando lo que denominan como comportamientos culturales de los “países serios”, ya han comenzado a señalar que la decisión de este importante grupo de países –nacido en 1963 y actualmente con 132 miembros- cuyo Producto Bruto Interno global es el mayor del mundo, es apenas simbólico. También ningunean que la Argentina integre el Grupo de los 20 países industrializados y con economías emergentes. Son los que les gusta destacar al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, por similares pasos dados por Itamaraty, cuya política exterior es concordante y complementaria de las relaciones exteriores argentinas.
Los que solamente miraron y siguen mirando “aeropuertos afuera”, no pueden concebir que en el mundo muchos países y sus líderes reconozcan la recuperación que venimos percibiendo los argentinos en los últimos siete años. No solamente con relación a los índices que impactan al pueblo en sus ingresos y derechos sociales, sino también al crecimiento de la economía, pero con un Estado presente, activo y promotor. Y sobre todo, al desendeudamiento externo, que nos permite vivir de lo nuestro, sin estar atados a la usura internacional, viabilizada a través de los organismos multilaterales de crédito.
No terminan de entender que desde el Gobierno se haya señalado que "hemos tenido ofrecimientos para emitir deuda argentina a menos de un dígito, cosa que no vamos a hacer porque no tenemos la necesidad", teniendo en cuenta que "este año vamos a tener una tasa de inversión de 23 por ciento y esto implica más trabajo para la gente, que en definitiva es lo único importante".
Para el ministro de Economía, Amado Boudou, "este año ya se han pagado 5.000 millones de dólares de deuda con ese fondo constituido con reservas y tenemos 51.200 millones de dólares de reservas en el Banco Central, bastante más que los 47.500 que teníamos a principio de año; por eso estamos planteando para el año 2011 el mismo mecanismo". Esto es quizás lo que molesta a quienes siempre recurren a pronósticos apocalípticos para un futuro que, en cambio, madura en esperanza de mejor y mayor distribución del ingreso.
La presidencia del G 77, resulta por demás significativa y la Argentina ha venido demostrando, tanto en el MERCOSUR como en la UNASUR que su política exterior ya no es errática y tampoco permanece amarrada a los países centrales, sin descuidar las buenas relaciones con todos los bloques. Porque como permanentemente señalara el presidente, Néstor Kirchner y lo sigue haciendo la presidenta, Cristina Fernández, lo que importa en el mundo actual es el abordaje del multilateralismo en el marco del respeto a las diversidades.
Importa también destacar la mirada, la visión estratégica del Gobierno argentino con relación al mundo contemporáneo. Siempre hemos escuchado que la Argentina “debe ocupar el lugar que le corresponde en el concierto de las naciones”, sin que esto se haya hecho realidad, salvo que esta afirmación se refiriera al vasallaje. Ahora lo estamos ocupando y con ideas. La presidenta, Cristina Fernández, señaló al asumir, que el actual ordenamiento mundial “sigue siendo una fotografía vieja” y añadió que “no esperemos que haya una catástrofe a nivel mundial para reformar el Consejo de Seguridad; hoy la paz y la seguridad dependen de factores diferentes a los que están sentados en el Consejo de Seguridad".
Al respecto, sostuvo que “es necesario que la nueva fotografía del mundo tenga correlato en el sistema de representación y decisión en organismos del multilateralismo". Lo hemos escuchado en boca de otros líderes mundiales. Es la discusión que se viene y que nos interpela porque esta es la forma en que formamos parte del mundo; es la manera en que realmente dejamos de estar aislados para ser protagonistas.
Para algunos, pertenecer al mundo y no aislarnos, es estar endeudados, porque de esa forma estamos en el entramado financiero, ese que ha provocado la gran estafa internacional, dejando a millones de trabajadores sin empleo y a algunos países prácticamente en quiebra. Esa película ya la vimos en la Argentina y en América latina. Y con el esfuerzo del pueblo argentino y un Estado que se hace cargo, pudimos comenzar a escalar la colina del desarrollo con crecimiento colectivo y justicia social. A pesar de los agoreros de turno que siempre ven el vaso medio vacío.
28 de septiembre de 2010.
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