En otro capítulo de mi discontinua serie "pensando en voz alta y tan solo eso" traigo a colación un cuento chino, de cara a la jornada electoral que se viene en la Ciudad de Buenos Aires este fin de semana. A lo que ocurrirá lo llaman "ballotage" y a muchos dicho término nos suena mas como un nombre adecuado para denominar un queso francés que otra cosa. Segunda vuelta me suena mejor. Aunque en esta ocasión se parezca mas a una disputa intestina de ese frente opositor cuya nave insignia es el PRO. Y probablemente sea eso, una interna entre el "macrismo puro" y su segunda marca, denominada ECO. Interna muy porteña, casi vecinalista dicho sea de paso, pues esas expresiones no encuentran un desarrollo territorial de importancia en el resto del mapa nacional. Pero al tratarse de un distrito con un padrón inmenso, acapara necesariamente nuestra atención.
Cada ciudadano es dueño de su voto y, aunque los militantes orgánicos no somos continuos repentistas afortunadamente, siempre podemos aportar elementos para el debate sin por ello dejar de ser orgánicos.
Una compañera acercó esta historia, cuya verosimilitud es indiscutible al ser tan aplicable frente a ciertos dilemas. No abundaré en datos periféricos por lo cual voy al punto, es decir al cuento, mencionando que en estos últimos días hablé sobre la posibilidad de la utilización del "voto táctico" ante algunas situaciones.
"Un general chino le pregunta a sus soldados: Si en estos valles se encuentran con dos ejércitos enemigos, muy parecidos entre sí, pero diferentes a la vez, ustedes ¿a cual atacarían primero?
Algunos respondieron a los dos; otros respondieron al más débil...
Error, dijo el general: A nosotros nos conviene debilitar y derrotar al más fuerte y para ello es necesario no sólo usar nuestras fuerzas sino las fuerzas del más débil en contra del más fuerte.
- Pero si gana el más débil, después se convertirá en el fuerte a derrotar -dijo uno de los soldados, a lo cual el general respondió:- Esa será otra batalla, ahora es ésta"
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